domingo, 27 de noviembre de 2011

Si David se atrevió a luchar contra Goliat, yo pienso luchar por ti.


No lo ves o no quieres verlo. Puede que simplemente no te des cuenta. Pero podría regalarte lo que quisieras. Incluso si me pidieses un jodido elefante iría en búsqueda y captura, armada tan solo con tirachinas. Ya se sabe, la felicidad nos ciega, y yo estoy apunto de quedarme tuerta. Igual que cualquiera podría decirte que te quiere o te ama. Pero seguramente no hay nada tras esas palabras. La gente suele confundir amor con capricho. Yo se lo que quiero, lose gracias a un revoloteo en mi estómago. Haré que te sietnas como un Dios del Olimpo sobre las nubes. Que experimentes una porción de cada droga, en formato de felicidad.

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